Los Tres Amigos y el Bosque de la Bondad

Había una vez tres adolescentes de 16 años, dos niñas y un niño. Una de las niñas tenía el pelo moreno y largo, la otra niña tenía el pelo rizado y pelirrojo, y el niño tenía el pelo marrón oscuro. Se llamaban María, Laura y Pablo. Eran valientes y siempre estaban dispuestos a ayudar a los demás.

Un día, los tres amigos decidieron ir a dar un paseo por el bosque. Mientras caminaban, encontraron a dos caballos que parecían asustados. Sin pensarlo dos veces, decidieron acercarse a ellos para ver si podían ayudarlos. Los acariciaron suavemente y les dieron de comer algunas zanahorias que llevaban en sus mochilas. Los caballos se calmaron y empezaron a confiar en ellos.

Mientras continuaban caminando, encontraron a un gato que estaba atrapado en un árbol. Sin dudarlo, Pablo trepó al árbol y rescató al gato. El gato les dio las gracias maullando y se quedó con ellos, siguiéndolos en su paseo por el bosque.

Después de un rato, llegaron a un claro en el bosque donde vieron una hermosa mariposa que parecía estar herida. María y Laura cuidaron de la mariposa, curaron sus alas y la ayudaron a volar de nuevo. La mariposa les dio las gracias revoloteando alrededor de ellos antes de desaparecer entre los árboles.

Mientras exploraban el claro, encontraron un antiguo cofre enterrado bajo un árbol. Con emoción, lo desenterraron y lo abrieron para descubrir que estaba lleno de tesoros brillantes. Sin embargo, en lugar de quedarse con los tesoros, decidieron repartirlos entre las personas del pueblo que más lo necesitaban.

Cuando regresaron al pueblo, las personas estaban sorprendidas y agradecidas por los tesoros que les entregaron. Los tres amigos se sintieron muy felices de haber ayudado a los demás, y sabían que habían tomado la decisión correcta al compartir el tesoro.

La moraleja de esta historia es que siempre es importante ser amable y dar todo de corazón. Los amigos aprendieron que la verdadera recompensa está en ayudar a los demás y hacer el bien. Y así, María, Laura y Pablo siguieron siendo valientes y amables, siempre dispuestos a ayudar a quienes lo necesitaran. Y el gato, los dos caballos y la mariposa siempre los recordaron con cariño por su bondad.