Rocío y sus Amigos Mágicos de la Selva

Rocío era una niña aventurera que siempre había soñado con explorar la selva. Un día, mientras estaba de vacaciones con su familia, decidió ir a dar un paseo por su cuenta. Sin darse cuenta, se adentró más y más en la selva, hasta que de repente se dio cuenta de que estaba perdida.

Mientras caminaba, empezó a escuchar ruidos extraños. Al principio, le dio un poco de miedo, pero luego se dio cuenta de que eran monos jugando en los árboles. Se acercó a ellos con cautela, pero enseguida se dio cuenta de que eran monos amigables que querían jugar con ella. Pasaron horas saltando de un árbol a otro y riendo juntos.

De repente, Rocío escuchó un rugido fuerte. Se detuvo en seco y vio a lo lejos a un tigre enorme. Estaba asustada, pero en ese momento, los monos la rodearon y la protegieron. El tigre se dio cuenta de que no podía hacerles daño, así que se marchó.

Después de eso, Rocío continuó su camino por la selva y se encontró con un grupo de gorilas. Al principio, se sintió un poco nerviosa, pero los gorilas le dieron la bienvenida y la invitaron a jugar con ellos. Rocío se divirtió mucho saltando y corriendo con los gorilas, y se dio cuenta de lo amigables y cariñosos que eran.

Mientras exploraba más la selva, Rocío vio aves de muchos colores volando por encima de ella. Se detuvo a observarlas y quedó maravillada por su belleza. Se acercó a ellas con cuidado y las aves la rodearon, volando a su alrededor con gracia. Rocío se rió y les agradeció por permitirle estar con ellas.

Finalmente, cuando el sol comenzó a ponerse, Rocío se dio cuenta de que tenía que encontrar el camino de regreso a casa. Los monos, los gorilas y las aves la acompañaron hasta el borde de la selva, donde encontró a su familia preocupada por ella. Se abrazaron con fuerza y Rocío les contó todas sus aventuras con los animales de la selva.

Desde ese día, Rocío aprendió que la selva puede ser un lugar asombroso, pero también es importante ser consciente de su entorno y tener cuidado. Aprendió a respetar a los animales y a apreciar la belleza de la naturaleza. Y, sobre todo, supo que siempre podía contar con sus amigos animales si alguna vez volvía a perderse en la selva.