Un Equipo para Todos

Lukas, un pequeño león de 6 años, le encantaba jugar al fútbol con sus amigos. Todos los días, después de la escuela, se reunían en el campo de fútbol y jugaban juntos. Eran muy felices.

Un día, mientras jugaban, Lukas vio a un gallo solitario mirándolos desde lejos. Se acercó al gallo y le preguntó por qué estaba solo. El gallo le contó que nadie quería jugar con él porque era diferente a los demás animales del bosque.

Lukas se sintió triste al escuchar esto y decidió invitar al gallo a jugar al fútbol con él y sus amigos. El gallo estaba emocionado y aceptó la invitación. Desde ese día, el gallo se convirtió en un miembro más del grupo y todos eran felices jugando juntos.

Un día, mientras Lukas se preparaba para ir a la cama, su cepillo de dientes parlante le recordó que era importante tratar bien a las personas que queremos. Lukas asintió con la cabeza y prometió recordar siempre esa lección.

Al día siguiente, Lukas y sus amigos estaban jugando al fútbol cuando vieron a un erizo solitario observándolos desde lejos. Recordando la lección de su cepillo de dientes, Lukas se acercó al erizo y lo invitó a unirse a su juego. El erizo estaba sorprendido y feliz de ser incluido.

Desde entonces, Lukas y sus amigos siempre aseguraban que nadie se sintiera solo o excluido. Descubrieron que cuando trataban bien a los demás, todos eran más felices. Y así, Lukas aprendió que es importante tratar bien a las personas que queremos, sin importar quiénes sean.

Y todos vivieron felices y contentos, jugando juntos en el campo de fútbol.